5 jul 15. Muchas veces aparecen elementos del patrimonio que brinda el azar de la vida en ciertas ocasiones. No sé si ésta es una de esas ocasiones, pero sería estupendo que un equipo de técnicos especialistas haga con rigor los estudios pertinentes para tal fin.

Paseando por las rocas del Puertillo de Bañaderos con mi familia, mientras inauguraban la bandera azul otorgada recientemente a dicha playa, bajé la vista advirtiendo unos huecos en la lava poco comunes y alejadas a una posible elaboración fruto del capricho de la naturaleza. Esto ha sido elaborado por la mano del hombre, me dije.

Me vinieron a la mente numerosas hipótesis, tras analizar con serenidad lo que observaba y, a sabiendas de que pasaban desapercibidas me pregunté: Estos ”agujeros” pudieron ser para colocar palos del posible puerto, para dejar peces recién pescados antes de regresar a casa… Tras consultarlo con especialistas vinculados al mundo del patrimonio aruquense, me orientaron a la posibilidad de ser oquedades para introducir explosivos y barrenar el lugar, aunque la profundidad y el ancho de las mismas, así como la forma final de cada una de éstas nos condujo a la conclusión de descartar esta hipótesis.

Tras haber leído mucho sobre el mundo de los canarios anteriores a la europeización de Gran Canaria, me acerqué a la búsqueda de cazoletas en zonas costeras de nuestra querida isla. El resultado ha sido de lo más enriquecedor: existe a lo largo de la costa insular, numerosas zonas en las que se hallan cazoletas parecidas a las que observé recientemente. Imagínense mi sorpresa cuando las sospechas conducen al mismo punto. Claro que no me atrevo a asegurarlo sin que un equipo multidisciplinar realice los estudios pertinentes y corrobore esta otra posibilidad.

Es curioso cómo empezó todo, viendo izar la bandera azul, mientras una botella de venida refrescante llamaba irónicamente mi atención dentro del famoso agujero. Paradojas de la vida. Espero con interés el estudio de este particular con un resultado que descubra al municipio su finalidad. Si son cazoletas de los canarios, cosa nada descartable por otro lado, sería fabuloso señalarlas para que todos puedan disfrutar y apreciar el lugar en el que se realizaban los rituales.

No es nada arriesgado participar en esta posibilidad dado que se pescaba en la costa, se mariscaba, se encuentra situado cerca de un espacio de poblamiento, se sabe que era frecuentada en aquella época la zona Lairaga (Airaga) por los indígenas. Así mismo, si hubo rituales como el de “la rama” golpeando el agua o la purificación de ganado mediante el baño… podríamos despertar nuevas hipótesis al respecto del mundo prehispánico en el municipio. El lugar en el que se encuentra es muy frecuentado y en medio de dos calas de muy fácil acceso. Cosa que aún más, indicaría la posibilidad por su ubicación de señas de pesca de costa mediante la técnica de embarbascado. Lo mismo sucede con el nombre de los “charcos” (Ejemplos: fiesta del charco en la Aldea con la pesca mediante embarbascado, baño de mujeres en mundo indígena, episodio recogido en texto histórico de enfrentamiento de canarios con europeos en Lairaga en el poblado costero… son muchos puntos que se acercan a la posibilidad que genera esta teoría). No obstante no son más que hipótesis.

Si, por el contrario, son huecos realizados para palos y el puerto, bienvenido sea el estudio, dado que así descubrimos dónde se plantearía su ubicación. Si te despierta la curiosidad, acude a visitarlas disfrutándolas, pero por favor, no arrojes botellas ni papeles.

Cristóbal Navarro Saavedra